El jueves 4 de agosto, en el hall central del Museo Nacional de Bellas Artes se presentó el libro “Estudios e intervenciones de la obra de Raymond Quinsac Monvoisin”. Esta publicación se enmarca en el proyecto sudamericano de investigación “Monvoisin en América: catalogación razonada de la obra de Raymond Quinsac Monvoisin y sus discípulos”, en el que participan instituciones culturales de Chile, Argentina, Brasil y Perú.

El libro presenta diversos aspectos hasta ahora escasamente estudiados y por primera vez difundidos en torno a la obra y las prácticas artísticas del pintor francés Raymond Quinsac Monvoisin durante su permanencia en el continente americano. La publicación reúne a un conjunto de especialistas vinculados con la restauración, pertenecientes a dos importantes instituciones, el Instituto de Investigaciones del Patrimonio Cultural TAREA (Argentina) y el Centro Nacional de Conservación y Restauración de Chile (CNCR).

Editado por Carolina Ossa Izquierdo, encargada de Planes y Estudios en Conservación y Restauración del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat), diversos autores, entre ellos varios profesionales del CNCR contribuyeron con capítulos. Ellos son “Las firmas de Raymond Quinsac Monvoisin”, por Carolina Ossa Izquierdo y Humberto Olea Montero; “La historia de los pigmentos y Raymond A. Q. Monvoisin (1794-1870)”, por Néstor Barrio Lipperheide y Fernando Marte Fernández; “Aproximación a los materiales y técnicas de R. Q. Monvoisin”, por Tomás Aguayo Alvarado y Valeria Godoy Torres (UCC); “Acercamiento a la caracterización de seis obras en soporte papel de Monvoisin”, por Claudia Pradenas Farías y Olga Pinilla Rodríguez (UPGD); “Restauración del retrato de María Luisa Recabarren Rencoret de Foster (1844). Pintura de caballete. Raymond Quinsac Monvoisin”, por Carolina León Beach (UPAV); “Aproximaciones y reflexiones para la intervención del marco del retrato de María Luisa Recabarren Rencoret de Foster de R. Q. Monvoisin”, por Grethel Schwarz (UPAV), y “Pinceladas que brillan: las joyas en los retratos femeninos de Monvoisin”, escrito por Ángela Benavente Covarrubias (UPAV), Isabel Alvarado Perales  y Josefina Amunátegui.

La publicación corresponde al séptimo libro de la colección “Catastros y Estudios del Patrimonio”, del Centro de Estudios del Patrimonio dependiente de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Fue presentado por Carolina Ossa Izquierdo y Fernando Guzmán Schiappacasse, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, quienes fueron introducidos por Fernando Pérez Oyarzún, director del Museo Nacional de Bellas Artes y Roxana Seguel Quintana, directora del CNCR, quien destacó que “es un proyecto que ha tenido una gran energía, en términos de aunar voluntades y colaboraciones, no solamente al interior de nuestro país, sino con otros países latinoamericanos, por donde Monvoisin viajó y dejó su impronta y sus obras”.

La directora del CNCR recordó que el proyecto se inició en 2017. “Han pasado cinco años desde ese momento en que dos personas impulsaron con perseverancia y profesionalismo esta idea, han llegado a este minuto para mostrar distintos hitos que se han ido desarrollando durante todos estos años. Gracias por su trabajo a Gloria Cortés Aliaga, curadora del Museo Nacional de Bellas Artes y a Carolina Ossa Izquierdo —en ese momento en el CNCR— quienes dan origen a la iniciativa,  han tenido ese esfuerzo y esa valentía por no claudicar en un proyecto que nació de manera incipiente, con muchas conversaciones, con numerosas reuniones, tanto en Chile como en Argentina”.

Roxana Seguel Quintana rememoró hitos de este proceso, por ejemplo y gracias a un proyecto presentado a la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID) con el que se hicieron tres misiones de intercambio entre profesionales de Chile y Argentina para visitar los distintos museos chilenos donde había obras de Monvoisin, “para discutir in situ su obra”, y las pasantías desarrolladas en Buenos Aires y en San Juan, instancias en las que surgieron interesantes discusiones “sobre las profundidades que estaban detrás de su obra, un conocedor de nuestra cultura”.

“El intercambio de conocimientos y de saberes que logramos durante todo este tiempo con Roberto Amigo y su equipo, con el equipo del Instituto de Investigaciones del Patrimonio Cultural de la Universidad de San Martín, colegas con los que trabajamos intensamente, ha sido una experiencia maravillosa”, concluyó.

La historia de un fructífero proceso

La figura de Monvoisin permite pensar el desarrollo de las artes en la región en la segunda mitad del siglo diecinueve. El trabajo conjunto de una red de investigadores e instituciones regionales permitió calibrar la influencia del artista en la región en la implantación y desarrollo de los géneros pictóricos —pintura de historia, paisaje, costumbrismo y retratos— y en la formación de escuelas artísticas nacionales.

Entre los discípulos y seguidores de Monvoisin se destacan la francesa, activa en Chile, Clara Filleul; los cuyanos Benjamín Franklin Rawson, Gregorio Torres y Procesa Sarmiento de Lenoir, los chilenos José Luis Borgoño y Francisco Mandiola, y el peruano Ignacio Merino.

Monvoisin fue un pintor que utilizó diferentes soportes y técnicas en su pintura, como también sus fuentes iconográficas fueron variadas, y provinieron de la literatura, el teatro, la ópera, la historia y la religión.

Desde hace un par de décadas, la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales del CNCR, junto con las unidades de Ciencias de la Conservación, Documentación Visual e Imagenología y Patrimonio Gráfico y Documental, han  privilegiado la restauración y estudio de las obras de Monvoisin pertenecientes a las colecciones del Servicio Nacional del Patrimonio. Fruto de estos estudios es el conocimiento de la diversidad material, especialmente en relación a los soportes de sus pinturas, elaboradas sobre telas como lino, papel y cuero. Mediante los estudios técnico materiales de un conjunto más ampliado de obras y con un criterio cronológico-territorial se trazaron hipótesis sobre posibles constantes, para lo que también se incorporó a la investigación a la Unidad de Patrimonio y Territorio.

A principios del año 2017, el Serpat, en ese entonces la Dibam, por medio del Centro Nacional de Conservación y Restauración, firma un convenio con la Universidad Nacional de San Martín, por medio del Instituto de Investigaciones sobre el patrimonio Cultural TAREA en el que acuerdan un trabajo conjunto y de cooperación y colaboración de carácter científico, tecnológico, formativo y cultural, en relación a la documentación, conservación, formación y difusión del patrimonio cultural, participando en emprendimientos que favorezcan el avance y aplicación de conocimientos teóricos y prácticos. De este modo, este proyecto aporta a la integración cultural de la región, a una mayor interacción entre los museos e instituciones culturales y a la conformación de una red de investigadores que permita el compartir conocimientos y afianzar los mecanismos para su divulgación científica y difusión en el público.