“Fue una instancia fructífera desde varios puntos de vista”, comenta Rosalía Astorga Serrano, jefa de la Unidad de Ciencias de la Conservación, quien junto a Karla Leiva Miranda y Michele Dinator Esterio, de la UPAE, conformaron el equipo que participó en el Festival de Ciencia 2022 con el espacio temático “¡Cambio climático!, la revolución de los insectos en los museos”, que se desarrolló en el Centro Cultural La Moneda, CCLM, el pasado sábado 8 de octubre. Se trata de la primera vez que el CNCR es parte de este evento científico, y respondió a una invitación de Explora Norte, quien organizó el encuentro en alianza con la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Chile.

En primer término, explica, permitió “retomar alianzas con la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Chile, mediante conversaciones con el decano y el director de Extensión y Comunicaciones, para trabajar en conjunto en proyectos de investigación y participar en postulaciones para obtener nuevos equipamientos para el CNCR”.

Rosalía Astorga señala que, en representación del CNCR, fue invitada a participar “en la iniciativa Ciencia 2030, que corresponde a proyectos que va a desarrollar la Universidad de Chile en líneas estratégicas”. La primera reunión con este equipo se concretará la próxima semana.

Por otra parte, durante el desarrollo del FECI 2022 sostuvieron conversaciones con la coordinadora metropolitana de Explora, quien planteó la inquietud realizar una actividad el próximo año en dependencias del CNCR. “Este interés surgió a partir del recorrido virtual en video que ellos conocieron”, explica.

En segundo lugar, indica que “fue una grata sorpresa el interés masivo que despertó nuestro módulo. Fue muy intenso”. La mayor parte del público fueron niñas y niños entre 6 y 13 años acompañados de sus padres.

El espacio temático fue diseñado pensando en relevar en niñas y niños conocimiento científico y acciones que contribuyan a enfrentar la actual crisis climática desde una mirada ecosistémica. Se observaron e identificaron insectos xilófagos utilizando el microscopio digital DINO-lite, “que se conecta al computador; les enseñamos a las niñas y niños a usarlo, y quedaban sorprendidos y muy interesados en saber más”.

También se enseñó a los menores a analizar muestras, como si ellos fueran conservadores/as y científicos/as: midieron pH, extrajeron muestras, observaron cerámicas diaguitas. “Michele llevó también una representación de un embalaje para cuerpos momificados, que despertó mucho interés”. Debido a la masiva concurrencia, Valeria Godoy Torres se sumó por algunas horas para apoyar al equipo.

Otro aspecto que destaca Rosalía Astorga es que se contó con recursos gráficos atractivos, diseñados pensando en la edad del público. “Presentamos un poster que explicaba de manera simple qué es el patrimonio cultural y entregamos fanzines. En este punto, ha sido súper importante el apoyo de Bárbara Reyes Trujillo de la UPAE, quien además es el nexo con Explora. Ella tiene una impronta muy pedagógica, que nos permitió desarrollar esta actividad de forma concreta y cercana. A ella se le ocurrió la idea de los fanzines”, destaca.

“Es importante cómo desde la transdisciplinariedad nos vamos articulando y vamos generando una sinergia”, comenta.

Finalmente, Rosalía Astorga señala que fue relevante la posibilidad de contarles a los asistentes: “Quedaban sorprendidos del trabajo que realiza el CNCR en pos de salvaguardar el patrimonio cultural. Es importante transmitir esta información a niñas y niños, pues son las generaciones futuras quienes se harán cargo de proteger el patrimonio cultural”.

Como institución, añade, “es importante abrirnos a la comunidad y a la sociedad para que ellos conozcan de este tema, lo tengan en su inconsciente colectivo y de esta forma poco a poco vaya tomando preponderancia en la agenda gubernamental y que con ello también se aumenten los recursos a las instituciones que trabajamos en el ámbito del patrimonio cultural”.