“Un mural para la transformación” fue el foco de análisis y diálogo en la sede Renca de Inacap
Organizado por el CNCR y con una activa participación del público se desarrolló la tercera versión de “Encuentros frente al mural”, conversatorio que tuvo lugar en octubre en la sede Renca de Inacap. Bajo el título “Mural José Venturelli, un mural para la transformación”, se abordó el significado de este fresco realizado a fines de la década de los sesenta para la primera sede del Instituto Nacional de Capacitación Profesional, inaugurado en marzo de 1970. El mural aborda los medios de producción industrial, “creados por el hombre en su lucha por la transformación de la naturaleza y la utilización de la energía química, física o social en ella liberada”.
El conversatorio tuvo por objetivo conocer la obra de José Venturelli, en particular su obra muralista, y profundizar en la temática de este mural y su relación con otros muralistas y murales de la época. Con ese fin, Christian Leyssen Silva, académico de la Universidad Diego Portales y curador de la Fundación Venturelli, expuso durante una hora estas temáticas. El encuentro fue moderado por Juan Manuel Martínez Silva, historiador del Arte de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales del CNCR.
Román Vera, vicerrector de la sede Renca de Inacap dio la bienvenida, señalando que “es un orgullo contar con este mural aquí y como nos identifica con lo que hacemos diariamente en nuestras carreras. Valoramos este homenaje al trabajador, y hoy realizamos este encuentro con la gran riqueza que tiene esta obra marcando un hito, para que sea reconocido por las nuevas generaciones, para que siga con nosotros mucho tiempo”. Además, anunció que la sala donde se encuentra el mural “será un espacio cultural; queremos llamarle Salón Venturelli”. En efecto, la sala ya fue acondicionada para privilegiar la vista completa del mural.
Por su parte, Malva castillo Venturelli, nieta del artista y directora de la Fundación Venturelli, agradeció al Inacap por su permanente preocupación por el mural y al CNCR por esta iniciativa. Indicó que Patrimonio no es solo una palabra, es historia escrita, identidad de un espacio y una memoria. Resaltó la importancia de tener la visión del significado de la cultura para la educación, no solo como un aporte a la comunidad del Inacap, también para la comunidad de Renca.
Ángela Benavente Covarrubias, directora subrogante del CNCR y jefa de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales (UPAV) aludió en su intervención a las múltiples amenazas que enfrenta el patrimonio, y en particular, este tipo de manifestaciones artísticas de gran formato, y relevó la importancia del quehacer del profesional conservador- restaurador. “La mayor amenaza es el desconocimiento y a eso apuntan estos encuentros, a difundir este patrimonio y sacar a la luz estas obras y a los artistas que las crearon. Agradezco el interés y el quehacer de Inacap para conservar este mural, a nombre de la directora del CNCR, Roxana Seguel Quintana”, indicó.
Enseguida, Juan Manuel Martínez Silva compartió los antecedentes de la obra y de su creador, y del contexto histórico y cultural en que fue realizada, para dar paso a la exposición de Christian Leyssen, quien señaló que “Venturelli fue un gran artista, pero no es tan conocido. Sus influencias de las vanguardias europeas tuvieron un foco latinoamericanista, se planteaba críticamente frente a las vanguardias europeas, porque estas abandonaban la urgencia. Su obra era de un realismo de carácter social”.
Luego, dio paso a un recorrido demostrativo por todos los detalles del mural, dividido en dos secciones, para develar sus significados, los temas y subtemas que subyacen en la gráfica, realizando un análisis iconológico, al que se sumó el público con comentarios a partir de este análisis.
“De alguna manera hay una abstracción del trabajador en la imagen, una suerte de idealización, elevando el estatus de las personas que realizan este trabajo. Vemos manos poderosas que operan maquinaria; el tamaño de las manos es más grande que una representación realista”, acotó el curador. “Las manos son tan importantes como las máquinas para transformar la naturaleza. El martillo es la extensión natural de la mano para poder hacer cosas. El brazo poderoso, el puño, no solo son extensión de la tecnología”, añadió.
La exposición dio paso a los comentarios del público: “Las manos del hombre pueden moldear las máquinas”. “Si bien es importante la pieza, sin las manos humanas no serviría”. “No habíamos tenido la experiencia de hacer este recorrido, de lo que significa la obra”. “Estas experiencias son significativas para mí; cuando pasaba por aquí miraba las manos. Soy admiradora de Siqueiros, y estas manos me lo recordaban. No sabía que ambos artistas eran tan cercanos”. “Este recorrido nos llama a pensar y reflexionar en el valor del esfuerzo, del trabajo y de la fuerza que pone el obrero. Me acuerdo de las manos de mi padre, que también era obrero, porque esa palabra antes se ocupaba. Agradezco y valoro esto, y ojalá tuviéramos más espacios para la experiencia artística”. “Muchas veces se dice que los técnicos no son profesionales, son los de abajo, y este mural nos muestra el valor de ese trabajo y de la posibilidad de esa transformación”.
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