Un equipo de diversos especialistas del CNCR visitaron el sitio declarado Patrimonio Mundial
La Fundación Sewell invitó a los especialistas de las distintas áreas del CNCR a recorrer la ciudad y el Museo de la Gran Minería del Cobre allí emplazado. Guiados por su director ejecutivo Felipe Ravinet, conocieron la historia de la ciudad y el gran desafío que representa conservarla. La multiplicidad de materiales constitutivos y la gran área a conservar, representan un desafío que requiere una mirada multidisciplinaria de la que el Centro Nacional de Conservación y Restauración espera participar, consolidando así una colaboración fluida entre ambas instituciones.
Sewell es una ciudad sin calles y desde su establecimiento allá por 1904, escaleras comunican esta ciudad anclada en las alturas de los Andes. Nacida al amparo del proyecto de explotación del yacimiento minero El Teniente, propiedad de la empresa minera estadounidense Braden Copper Company, el campamento recibió el nombre de “El Establecimiento” hasta 1915 cuando fue nombrada Sewell en honor a Barton Sewell socio capitalista de la empresa, quien falleció en Estados Unidos en 1915 sin haber conocido Chile.
Por las escaleras de la ciudad llegaron a transitar 15.000 personas: mineros y sus familias, empleados y extranjeros. Para albergar a los Sewelinos se construyeron diferentes tipos de viviendas: camarotes para los solteros, departamentos para las familias y el barrio americano para los extranjeros. La bullante ciudad contaba con servicios como Hospital, Registro Civil y la Escuela Industrial, y entretenimientos como Teatro, Club Social, Cancha de Bowling y Piscina.
Con la Nacionalización del Cobre iniciada en el año 1967 y concluida en 1971, las escaleras dejaron de sentir los pasos de los Sewelinos. La “Operación Valle” los llevó paulatinamente a Rancagua dejando la ciudad vacía.
La arquitectura de Sewell es única: sus construcciones, de hasta tres o cuatro pisos son extraordinarias, sin mencionar al Edificio Nº 152 que tiene nueve plantas escalonadas apoyadas en la montaña. La singular técnica constructiva de sus edificios se denomina Baallon Frame, donde el alma es madera nativa recubierta de planchas o mallas metálicas estucadas y las techumbres de planchas metálicas, todo pintado de vivos colores que le dan un singular colorido a esta ciudad en las montañas.
Pero no sólo edificios habitacionales y de uso público conforman el patrimonio de Sewell, también lo son el Puente Rebolledo, la estructura Punta de Rieles y la Planta Concentradora de cobre, instalaciones que datan desde los días de la Braden Copper Company y que aún están en uso por Codelco Chile.
Estos valores únicos motivaron que el Campamento Sewell fuera declarado Monumento Nacional en la categoría Zona Típica el 27 de agosto de 1998 y en diciembre de 2010 se inauguró el Museo de la Gran Minería del Cobre en las dependencias de la Escuela Industrial, el que recoge parte de la historia material y humana de la ciudad. En el año 2006 la Unesco la incorporó a la lista de Patrimonio Mundial.
Ambas declaratorias llevan implícitas una tarea titánica: conservar la ciudad para los Sewelinos, sus herederos y la comunidad toda. El gran desafío lo aceptó la Fundación Sewell, la que desde el año 2007 se han propuesto conservar, difundir y poner en valor los patrimonio cultural del Campamento Sewell.