En el pasado mes de abril, Carolina Ossa, conservadora del Laboratorio de Pintura se trasladó a la VIII región con el fin de evaluar el estado de conservación de gran parte de los murales de Chillán, Talcahuano y Concepción. En esa oportunidad fueron visitados 17 murales, 5 esculturas y una pintura de caballete.

La mayoría de los murales presentaban grietas menores y pequeños desprendimientos encontrándose en bastante buen estado de conservación. Otros, como los ubicados en el Colegio Alemán no pudieron ser encontrados dentro del recinto debido a que fue remodelado recientemente. En esa oportunidad no pudieron ser observados "Las tres Pascualas" de Eugenio Brito ubicado al interior de la galería Universitaria y los dos mosaicos de Burchard Aguayo ubicados al interior del Colegio Madres Dominicas, debido a que no fue permitido el ingreso a los dos edificios por el riesgo inminente de derrumbe que presentaban.

A principios de junio, el Director del Museo de Historia Natural de Concepción solicitó al CNCR la pronta asesoría de Carolina Ossa, debido que los trabajos de demolición del Colegio, antes mencionado, ya habían comenzado y los murales aún se encontraban en su interior. Ambos mosaicos se ubicaban en el segundo piso del establecimiento y compartían un mismo muro. Por un lado del muro estaba representada la imagen de Cristo crucificado, sobre un gran fondo color azul claro ubicándose en el oratorio del colegio. Por el otro lado del muro, en el comedor del colegio, se encontraba una escena religiosa, inserta en un lindo paisaje con árboles y animales. Con el terremoto ambos murales perdieron aproximadamente un tercio de sus mosaicos. El director del colegio, señor Jorge Toro, tuvo la intención de rescatar la imagen de Cristo sin obtener buenos resultados. Cuando Marco Sánchez le comunicó la posibilidad de que un especialista del CNCR evaluara la situación y sugiriera los pasos a seguir, el director del colegio en conjunto con el dueño de la empresa de demolición, señor José Gutiérrez, coordinaron los trabajos de tal manera que el recinto donde se encontraban los murales fuera el último en demolerse.

La asesoría se concretó con un viaje por el día a Concepción, en que se evaluó el estado de conservación de ambos y la factibilidad de extraerlos. El mural del paisaje al encontrarse desprendido casi totalmente del muro solo requirió de un velado de protección para lo cual se utilizaron las mismas telas con que estaban confeccionadas las cortinas del colegio. Este velado permitiría retirar el estrato desprendido sin riesgos de pérdidas o fracturas no controladas. Para el mural con la imagen de Cristo y en completo acuerdo con las intenciones del colegio, se optó por cortar la zona del muro que contenía la imagen y dejar el resto que solamente era fondo.

Fue la empresa de demolición la que dos días después realizó los trabajos, logrando rescatar la mayor parte de ambos murales y siguiendo las instrucciones dejadas sobre cual mural retirar primero y cómo protegerlos y ponerlos a resguardo posteriormente.

Destaca la actitud tanto del colegio como de la empresa de demoliciones, cuyo pensamiento y espíritu común entienden esta demolición como el inicio de la reconstrucción del colegio donde se reinstalarán ambos murales. Esperamos que esta iniciativa sea un estímulo para la conservación del patrimonio mural de la ciudad de Concepción.