Equipo CNCR realizó un análisis exploratorio para determinar la posible permanencia del mural Principio y fin de Julio Escámez
A fines de abril, un equipo de profesionales del CNCR conformado por Angela Benavente A., conservadora jefa de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales (UPAV); Mónica Pérez S., coordinadora de programas de la misma unidad; y Valeria Godoy T., Bioquímica de la Unidad de Ciencias de la Conservación (UCC), se trasladó a Chillán y realizó un análisis exploratorio con técnicas imagenológicas, catas y toma de muestras, para determinar la posible permanencia del mural Principio y fin de Julio Escámez. El equipo estuvo tres días en la ciudad de la Región del Ñuble y si bien la reflectografía IR no arrojó resultados, señalaron que sí se encuentran, en diversas zonas del muro donde se realizaron las catas, vestigios del mural en cuestión.
Esta visita técnica respondió a un requerimiento originado en febrero de este año, cuando se recibió un correo de Anabella Benavides, arquitecta de la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán, solicitando apoyo técnico para la restauración del mural Principio y fin (1972) de Julio Escámez. Después de una reunión sostenida el 23 de febrero, a las que se sumaron representantes de la familia del artista y de otras instituciones públicas regionales, y en la que se definieron los alcances de la asesoría, esta se formalizó en marzo.
Ángela Benavente explicó que la solicitud fue aceptada por la UPAV, para realizar un análisis exploratorio en terreno, y según los resultados obtenidos, se definirá un plan de trabajo con vistas a la posible restauración del mural.
El trabajo realizado en el salón se inició proyectando la imagen que se tiene de la inauguración sobre el muro, ajustando las dimensiones según el tamaño y ubicación de las personas que aparecen en la fotografía. Así, se dibujaron sobre la pared algunas zonas que podrían entregar información tanto en la inspección con IR como en las catas.
Luego de tener definidas las zonas, se realizaron inspecciones con el equipo de Reflectografía IR sin obtener resultados esperados.
La segunda etapa consistió en la realización de catas exploratorias, de dos por dos centímetros aproximadamente, en las zonas definidas. Para llevarlas a cabo y eliminar de manera controlada las capas de pintura, se hicieron pruebas con geles con diversos solventes hasta encontrar el adecuado. Esto permitió retirar de manera lo más controlada posible las diferentes capas que cubren el mural, llegando hasta la capa pictórica de este. Así se encontraron diversos colores en distintas zonas del muro. Sin embargo, en dos de las catas no se encontró capa pictórica, pues se llegó directamente al estuco del muro. Además, se efectuaron catas en la parte alta del muro, lo que hasta ese momento era el Archivo de la Dirección de Obras Municipales, lugar en el que también se encontraron vestigios del mural.
En las zonas dónde se realizaron las catas, se hicieron mediciones de fluorescencia de rayos X, lo que permitió obtener espectros de cada punto con los principales elementos presentes en esas zonas. Junto a esto, se hizo microscopía digital y se tomaron muestras físicas para la realización de cortes estratigráficos, los que podrán indicar con mayor claridad la cantidad de capas de pintura u otros elementos sobre el mural.
Cubierto con látex
El mural Principio y fin, fue realizado entre 1970 y 1972 por el artista chileno Julio Escámez (1925-2015) a solicitud del alcalde de la época, Eduardo Contreras. Se encuentra en la actual Sala de Sesiones del Concejo Municipal. El mural fue realizado en acrílico sobre el muro; las dimensiones del panel principal eran de seis por cuatro metros. Además de este panel principal, se había realizado otro panel en la parte alta del muro derecho de la sala.
El Mural fue inaugurado el 24 de junio de 1972 por el Presidente Salvador Allende, y contó con otros invitados especiales, como La Compañía de Los cuatro, la Orquesta Sinfónica y autoridades locales.
Tras el golpe militar, el mural habría sido tapado con pintura látex. Sin embargo, según han relatado algunos testigos de la época, al volver a aparecer, el muro habría sido picado y vuelto a pintar. Otras versiones señalaban que se había aplicado alquitrán para taparlo. La sala fue modificada agregándose un segundo piso, cortando así el muro por la mitad.
A fines de 2020, la concejala Quenne Aitken utilizó su turno en el Concejo Municipal para pedirle al alcalde Camilo Benavente un último esfuerzo por averiguar si queda algún rastro de la obra de arte en las dependencias del municipio. “Como diseñadora soy una gran admiradora de Julio Escámez. El que haya hecho un mural inaugurado por el Presidente Allende es motivo de orgullo. Es un mural que refleja la historia de nuestro territorio y si bien fue destruido hay personas que dicen que quedaron algunos vestigios, algunos muros en pie, trozos importantes en él. Hay una importancia de rescatarlo para darle al edificio municipal un tenor más patrimonial”, precisó en esa oportunidad
“Sería muy hermoso que el segundo piso, en este cielo falso, pudiera existir un balcón para admirar el mural. Podríamos generar un salón donde los turistas puedan recorrer la historia como la de Ricardo Lagos, alcalde asesinado. El alcalde Benavente me incentivó a rescatar esta memoria histórica y creo que podríamos hacer el intento”, añadió la autoridad edilicia.
El alcalde Camilo Benavente tomó la posta y el municipio de Chillán realizó gestiones con organismos técnicos a nivel nacional y en paralelo, un levantamiento de información con trabajadores de la época. El 25 de noviembre Carlos Inostroza, arquitecto de la consultora EstudioCero, confirmó la existencia de vestigios.
De vuelta en el CNCR, la etapa siguiente es el análisis de la información levantada para ser entregada a la Municipalidad de Chillán y que sirva de insumo para las siguientes etapas que considera la recuperación de este mural. Los vestigios encontrados dan esperanzas de que gran parte del mural se conserve aún bajo las varias capas de pintura, tal como antes lo rumoreaba esperanzada la memoria oral de la comunidad de Chillán.