Conservación y restauración de la colección de cerámicas del Museo Arqueológico de La Serena
En el marco del "Programa de estudio y restauración de obras: puesta en valor de las colecciones DIBAM y de otras instituciones que cautelan patrimonio de uso público", a cargo del CNCR y financiado por los proyectos de "Acciones culturales complementarias" de la DIBAM, se realizó la investigación e intervención de 60 vasijas cerámicas pertenecientes a los complejos culturales El Molle y Las Ánimas, así como también a la cultura Diaguita y Diaguita-Inka.
El trabajo se abordó desde una perspectiva transdisciplinaria y contó con el apoyo del Laboratorio de Análisis y de la Unidad de Documentación Visual e Imagenología del CNCR, quienes participaron activamente en los procesos de investigación. En especial, a través del Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial (FAIP), desarrollando el proyecto "Estrategias transdisciplinarias para estudiar lo invisible: cuando las intervenciones se hacen indistinguibles. El caso de cerámicas Diaguita del Museo Arqueológico de La Serena", liderado por Daniela Bracchitta K., conservadora encargada del "Programa de investigación e intervención de materiales arqueológicos" del laboratorio.
Esta colección es de gran importancia para el patrimonio arqueológico de la región, ya que las piezas estudiadas dan cuenta de las ocupaciones agroalfareras que habitaron la zona -en especial el valle del Elqui- entre los inicios de la era cristiana y la llegada del conquistador en 1532, abarcando manifestaciones de los pueblos Molles (ca. 0-600 d.C.), Ánimas (ca. 600-1000 d.C.), Diaguita (ca. 900-1500 d.C.) y Diaguita-Inka (1470-1532 d.C.). Por otra parte, estos ceramios son el reflejo de los inicios de la práctica arqueológica en el norte semiárido de Chile, y nombres como los de Francisco Cornely, Jorge Iribarren, Ricardo Latcham, Julio Montané, Hans Niemeyer y Gonzalo Ampuero forman parte de la historia de esta colección, todos ellos referentes incuestionables de la arqueología regional.
La colección intervenida está compuesta por 60 ceramios, provenientes en su mayoría de excavaciones y rescates realizados entre la década de los 40s y 70s, además de donaciones privadas, cuyas piezas carecen de antecedentes contextuales. Se trata por lo general de piezas completas, entre las que cuentan platos de paredes rectas y evertidos, platos zoomorfos, jarros pato, jarros zapato, pucos, urnas, botellas, vasos y ollas, entre otras.
El estudio sintomatológico de las piezas dejó en evidencia que los principales fenómenos de alteración eran consecuencia de antiguas intervenciones, que fueron realizadas de manera poco prolija y con materiales inadecuados para su preservación como son, por ejemplo, el uso de cintas adhesivas y productos a base de policloropreno para la unión de fragmentos. Se detectaron además, casos con pérdida de cohesión de la pasta cerámica, exfoliación de la capa de engobe, alteración cromática del pigmento negro, pérdida de fragmentos en piezas fracturadas, erosiones superficiales, improntas radiculares y huellas de exposición al fuego en ceramios de uso doméstico, entre otras.
Las intervenciones de conservación-restauración se enfocaron en primera instancia a estabilizar los problemas detectados en la pasta y en el engobe mediante métodos de consolidación particulares, en función de la especificidad del deterioro en cada pieza. Posteriormente se abordaron problemas morfológicos derivados tanto de las antiguas intervenciones como de pérdidas estructurales recientes, para finalizar con el embalaje técnico de cada ceramio.
Uno de los objetivos relevantes que se ha fijado el Laboratorio de Arqueología con estas intervenciones, es recuperar y preservar información contextual y tecnológica asociada a las piezas. Para tales efectos se realizaron análisis de pigmentos, residuos y adherencias así como también estudios de imagenología, tales como reflectografía IR, fluorescencia visible inducida por radiación UV y rayos X, con el propósito de capturar características tecnológicas no visibles al ojo humano.
Las piezas investigadas e intervenidas en el CNCR fueron devueltas al Museo Arqueológico de La Serena en dos etapas: en el segundo semestre de 2013 y en junio de 2015.