CNCR realizó seminario de gestión territorial del patrimonio regional
“Gestión territorial del patrimonio regional: una herramienta para su preservación y desarrollo” es el nombre del seminario virtual que el martes 6 de diciembre reunió a los directores y directoras regionales del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Serpat, para profundizar en distintos aspectos de este ámbito participando de las exposiciones de expertos de diversos organismos públicos.
El encuentro tuvo como objetivos dar a conocer los fundamentos del enfoque territorial en la gestión institucional; conocer experiencias institucionales en materias territoriales que se hayan materializado por medio de políticas, planes y proyectos; y presentar herramientas que se disponen a nivel institucional para apoyar la implementación del enfoque territorial a nivel regional.
El seminario abordó la interrelación entre el enfoque de territorio, la Política Nacional de Cultura (2017-2022) y el Plan Nacional de Patrimonio Cultural (2021-2026), que acogen como principio de acción el enfoque de derechos y el enfoque territorial, promoviendo que el diseño de programas, iniciativas y acciones se formulen a partir de una relación dialógica con el entramado sociocultural de los territorios, donde la participación conjunta del sector público, privado y la ciudadanía es central para el éxito de la política pública.
En este contexto, es relevante identificar aquellas particularidades de los territorios que se encuentran condensadas en el patrimonio, la memoria y la identidad, así como sus potencialidades y necesidades. Las metodologías y herramientas con enfoque de territorio brindan la oportunidad de comprender al patrimonio como un componente del sistema territorial, y en consecuencia, modelado y transformado por las dinámicas propias de cada territorio, las que en la actualidad se manifiestan de forma más intensas e interconectadas. El análisis del territorio en todas sus escalas y expresiones patrimoniales permite una comprensión holística y sistémica de fenómenos complejos, y abre la posibilidad de diseñar planes de acción que respondan a salvaguardar y gestionar de modo eficaz la diversidad de los patrimonios, aquellos que tejen las memorias e identidades de cada región.
Desarrollar una gestión administrativa desconcentrada y descentralizada representa un doble desafío para las nacientes direcciones regionales del Serpat: por una parte crecer y afiatarse internamente para responder a las necesidades de un sector que está expuesto a una creciente demanda ciudadana, y por otra, contar con metodologías y herramientas que faciliten el diálogo intersectorial, con la finalidad de situar al patrimonio como una dimensión significativa y necesaria para el desarrollo de la región.
El CNCR, por medio de la Unidad de Patrimonio y Territorio (UPT), se ha abocado hace más de dos décadas a desarrollar y difundir el uso de metodologías y herramientas con enfoque territorial, tanto para estudios diagnósticos como para la gestión del patrimonio. En la actualidad participa activamente en la IDE Patrimonio y en la elaboración de una nueva versión del “Atlas del patrimonio cultural y natural”, en conjunto con la Subsecretaría del Patrimonio Cultural. En coordinación con la Subdirección Nacional de Regiones del Serpat y la Subsecretaría del Patrimonio Cultural, inició este año un trabajo colaborativo con la institucionalidad regional en estas materias que comenzó con la Dirección Regional de O’Higgins, y que busca apoyar las acciones regionales conducentes a una mayor equidad, oportunidad y eficiencia en la gestión e inversión patrimonial, así como promover puentes de diálogo y trabajo técnico con otros sectores, Gobierno Regional y municipios.
Momento propicio
Loredana Rosso Elorriaga, subdirectora de Regiones del Serpat, saludó al iniciarse el seminario. “Vemos la necesidad de entregar más herramientas a las direcciones regionales y sus equipos; ahora trabajamos desde regiones hacia el nivel central”, señaló. Respecto de los lineamientos que se abordaron más adelante en el seminario, comentó que “van a ser parte de todos los programas que se van a trabajar de aquí en adelante”, profundizando el proceso de descentralización que mueve al ministerio.
En tanto, Roxana Seguel Quintana, directora del CNCR, indicó que en este organismo “somos unos convencidos que la cultura y el patrimonio es realmente un agente y un motor de las transformaciones que nuestra humanidad necesita para llegar a una sociedad mucho más sostenible”. En ese sentido, continuó, “pensamos que el poder tener herramientas con enfoque de derechos y de territorio, para poder abordar las miles de complejidades que el patrimonio tiene a nivel regional y a nivel local, son instrumentos que van a facilitar nuestro trabajo”. También señaló que “debemos abordar la desigualdad territorial que tenemos en distintas materias, entre ellas el patrimonio, es algo que tenemos que trabajar en conjunto, y tengan la certeza que van a contar con ese apoyo”.
La primera exposición, “Introducción, principios y fundamentos de la perspectiva territorial”, fue presentada por Bernardita Ladrón de Guevara González, jefa de la Unidad de Patrimonio y Territorio del CNCR, y fue preparada en conjunto con Darío Toro Balbontín, profesional de esa unidad. Se abordaron las distintas definiciones de territorio, apostando por una síntesis propia, en la que destacó como características “la apropiación de la sociedad que tiene un trazado en la historia y que se proyecta hacia el futuro”. Añadió que “el patrimonio es una dimensión de esa realidad”. Enseguida, presentó una definición operacional de territorio, conformado a partir de tres subsistemas: actores, representaciones y espacio geográfico. “El territorio es hoy más permeable a lo que pasa a nivel global; estamos tan interconectados que es imposible salirse de ese sistema. Sin embargo, algunas acciones locales movilizan energías (desde abajo) hacia las escalas globales”, comentó.
La experta detalló dos casos en los que intervino la UPT, el barrio norte en Villa Alemana y la cuenca del río Ibáñez, en Aysén, que sirvieron para ejemplificar la necesidad de abordar los territorios con una mirada más compleja. “Es clave tener las variables sociales y las variables físicas del territorio; e integrar información de múltiples fuentes, de diversas instituciones y actores; desarrollar registros participativos”, señaló. En este sentido, añadió que “la cartografía permite tener una conversación; dentro de los desafíos que nos impone es focalizar en la búsqueda de respuestas a las hipótesis que formulemos, no quedarnos con los datos presentes, traducir información de la inmaterialidad. ¿Cómo lo mapeamos para encontrar datos objetivos? Tenemos que incentivar la generación de información estandarizada, georreferenciada y mapeable. Existen los recursos, estamos en un momento propicio para impulsar esta mirada territorial”, concluyó.
En segundo término, Rodolfo Arriagada Cura, integrante del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), abordó la Política Nacional de Desarrollo Urbano y su vinculación con el patrimonio. Previamente, mostró planos de las ciudades de Brasilia y Buenos Aires en los que se registró el paso de marchas. En este “levantamiento de marcas en el espacio público vimos que las marchas pasaban frente a los monumentos históricos, ya sea para confrontarlos, interpelarlos; hay ahí una pequeña introducción respecto de cómo entender el patrimonio, no solo como el edificio en sí mismo, sino en su relación con el territorio, como sistema”, comentó.
Respecto de la Política Nacional de Desarrollo Urbano, explicó que surgió el año 2014 para “combatir la tendencia a la segregación que se observaba en las ciudades, buscar cómo equilibrar los sistemas energéticos y cómo vincular desarrollo sustentable con ciudad”, de acuerdo a estándares y experiencias internacionales. “En el caso chileno, se agregó un cuarto eje: identidad y patrimonio, que no existe en todas las políticas nacionales”, precisó.
“Las ciudades y centros poblados deben dar cuenta de la identidad de los lugares en que se emplazan, de las personas que los habitan y de la diversidad geográfica y la riqueza cultural propia de las diferentes comunidades, pueblos y localidades. Identidad significa también “identificación”, en el sentido de que las comunidades deben sentirse reflejadas en las características de los lugares donde viven”, explicó. Lo que, en el largo plazo, debiera ser incorporado “como parte de la educación”.
Rodolfo Arriagada presentó el caso del barrio San Eugenio en Santiago y propuso una sistematización para medir el patrimonio. Finalmente, explicitó algunas preguntas para guiar futuras conversaciones en el grupo de trabajo, tales como ¿qué rol debieran tener las personas mayores en la transmisión de la cultura?, ¿cómo pueden influir los flujos migratorios en la definición de patrimonios locales?, ¿han cambiado las conductas pospandemia la interacción con el patrimonio?
Instrumentos para la descentralización
En tercer término, Francesca Picón Bruno y Víctor Morales Torres, de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural presentaron los alcances de la IDE Patrimonio, una plataforma pública y digital, que pone a disposición un visor territorial y georreferenciado del patrimonio cultural en Chile, que permite conocer y descubrir expresiones, reconocimientos y técnicas de patrimonio cultural inmaterial, inmuebles patrimoniales, bibliotecas, museos y Monumentos Nacionales presentes en el territorio nacional.
Francesca Picón resumió la historia del proyecto y comentó que tras definir brechas y objetivos “se han producido avances que le dan un nuevo aspecto a la IDE”. En tanto, el plan de gestión “se proyectó como un mapa estratégico, tomando estos cinco recursos indispensables sobre tecnología, norma, recursos humanos, institucionalidad, datos e información”. Destacó que “se generan indicadores para las regiones, y a escala comunal”, y la incorporación de información a través del catálogo de metadatos, “que se trabaja con los equipos técnicos y que se pueden descargar en distintos formatos” por parte de todo el público. Luego, Víctor Morales mostró la plataforma en detalle, la que despertó gran interés.
En cuarto lugar, Leslie Araya Miranda, directora regional de O’Higgins, expuso junto a Bernardita Ladrón de Guevara los primeros avances del sistema regional de información para la gestión.
“Estos procesos parten de una escucha activa de las distintas unidades técnicas que componen el Serpat O´Higgins, antes incluso desde antes de ser dirección regional. En esta etapa en que los equipos se conforman, este proceso tiene que ser acompañado por instrumentos de gestión que nos permitan leer, mapear y organizar las gestiones territoriales. Somos los continuadores de la ex Dibam. Trabajar en gestión del cambio pero con el uso de datos como un soporte para la gestión. No todos los conocimientos quedaron en el servicio, entonces ¿cómo podemos revertir esa situación? A través de los datos y soportar en ellos las decisiones”, detalló la directora regional.
Agregó que con el fin de que “la gobernanza regional considere el posicionamiento del patrimonio como un eje de desarrollo” se han ido generando una serie de preguntas, “y una de las principales tenía que ver con cómo entendíamos hoy la gestión de los riesgos asociados a los patrimonios”.
En concreto, el piloto es un proyecto para desarrollar un sistema regional de datos patrimoniales que permitan tomar decisiones soportadas en esos datos. “La visión nacional es muy pertinente, pero no es la única. Desde los territorios no podemos leer esa misma información o responder a las inquietudes territoriales con una visión nacional; se requiere la descentralización en la toma de decisiones y la generación de instrumentos que nos permitan responder a ese territorio”, comentó Leslie Araya.
Al respecto, Bernardita Ladrón de Guevara invitó a visitar en la web “una maqueta de visor territorial de la región de O´Higgins , desarrollado por Gerardo Riquelme Gazzano y Darío Toro Balbontín, a partir de datos del patrimonio entre otros de múltiples fuentes institucionales del nivel regional, con el que es posible imaginar lo que podrían ser futuras IDEs o geoportales regionales del Servicio. Lo que queremos es generar un proceso integrado a través de esta IDE, un proceso de sensibilización y fortalecimiento de capacidades con las personas que trabajan en la región, y también en la elaboración de diagnósticos con respecto al nivel de información, al estado de los datos con los que contamos, cuáles son los procesos que debemos hacer internamente para poder poblar esta base”.
“Lo interesante es tener una perspectiva multidisciplinaria con los equipos técnicos de forma de enriquecer las miradas y también incorporar actores institucionales internos y externos”, concluyó.
Antes de cerrar, se plantearon preguntas para dialogar y discutir entre los participantes en una próxima sesión de trabajo, el año 2023. “Nuestra próxima reunión será para que nos sentemos solo a conversar, sin presentaciones. Para que nosotros nos sentemos a escuchar. Aquí dejamos planteados los problemas, pero lo más importante de todo lo que se presentó es saber desde su propia territorialidad y experiencia en qué están pensando”, concluyó Roxana Seguel.