Conciente del desafío que presenta la conservación de los bienes que reunió Neruda, su directora Sra. Elisa Figueroa, solicitó hace ya muchos años, una asesoría y un monitoreo periódico al CNCR. El principal problema detectado es disminuir los riesgos de la exposición a las radiaciones de los materiales sensibles, sin modificar demasiado el aspecto y la sensación general que tenía la casa en la época que la habitaba el poeta. Para ello se colocaron en el año 1995 los primeros filtros UV en los ventanales. Su eficacia se ha ido controlando cada cuatro años aproximadamente; en algunos casos se han debido reponer, porque los vidrios se han roto. Actualmente todas las ventanas de La Sebastiana cuentan con filtros UV y las radiaciones de luz visible son controladas por las personas encargadas de cada sala, quienes cierran las cortinas en los momentos que es posible, especialmente cuando no hay público visitante. También se les ha recomendado mantener las luces artificiales apagadas si éstas no son absolutamente necesarias.