"Memorias en el Territorio" resalta las historias, los entornos geográficos y las personas involucradas que permitieron que objetos y obras de arte, independientemente de su contenido político, se sumergieran en la clandestinidad como medio de sobrevivencia, escapando así a su posible destrucción. Este proceso también incluye aspectos relacionados con la conservación de estas piezas históricas. En esta primera etapa se consideran:
Colección de fotografías de Armindo Cardoso (1970-1973): escondidas, recuperadas y enviadas a Francia. Fueron adquiridas por la Biblioteca Nacional, quien las digitalizó y publicó en un libro recientemente lanzado. Temas: gobierno de la Unidad Popular, paisajes y vida cotidiana.
Correspondencia clandestina: Palomas (calugas) del prisionero político Miguel, trabajador de la fábrica Sumar, a su novia Raquel: cartas personales escritas en el Estadio Nacional y Penitenciaría de Santiago, que fueron ocultas y enviadas a su destinataria entre las costuras de la ropa que intercambiaban en las visitas. Actualmente se encuentran en proceso de conservación en la Unidad de Patrimonio Gráfico y Documental (UPGD) del CNCR previo a ser enviadas al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, institución a la que fueron donadas por Raquel y Miguel.
Bordado colectivo: elaborado por bordadoras de Isla Negra y que formaba parte de la colección del edificio de la UNCTAD III (actual GAM), obra desaparecida en dictadura y recuperada con posterioridad. Se encuentra en revisión.
Principio y Fin: Vida de Julio Escámez, artista chileno exiliado en Costa Rica y el caso de su obra "Principio y fin", mural creado para la Municipalidad de Chillán y, que tras el golpe de Estado de 1973, fue censurada y borrada como intento de borrar la memoria de la Unidad Popular y sus expresiones culturales.
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