Mural “Quinchamalí” de Nemesio Antúnez, recibió acciones de salvataje de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales
Un equipo multidisciplinario desarrolló labores de conservación sobre el icónico mural “Quinchamalí” que presentó un importante deterioro con el pasar de los años, lo que movilizó acciones de emergencia patrimonial para estabilizar la pintura que Nemesio Antúnez fijó sobre el otrora cine Huelén, a fines de la década del 50, en la céntrica galería capitalina “Juan Esteban Montero”.
En la composición que es Monumento Nacional (2011), categoría de “Histórico”, intervinieron conjuntamente los especialistas del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) y el Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR), quienes detectaron el escurrimiento de agua entendida como un factor determinante que causó el desprendimiento de las capas de pintura. Una vez terminadas las labores, quedó en condiciones para entrar a una nueva etapa de restauración pictórica aplicada a esta obra artística visual que refiere a las figuras de greda negra de las loceras de Quinchamalí, poblado rural al suroeste de Chillán, en la Región de Ñuble.
Desde el CNCR, mediante la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales (UPAV), se ejecutó un proceso de conservación sobre el mural nacional, siguiendo a un diagnóstico, propuesta y tratamiento a “Quinchamalí”, a partir de 2019.
Al respecto, la conservadora jefa (i), de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales del CNCR, Ángela Benavente, apuntó que el proyecto incluyó una investigación histórica, además de levantamientos de datos etnográfico y alteraciones, análisis de la materialidad, diagnóstico general y la aplicación de pruebas materiales de intervención.
“Uno de los mayores problemas en el mural ‘Quinchamalí’ es el desprendimiento y la pérdida de capa pictórica producto de escurrimientos de agua proveniente de la cubierta de la galería”, precisó la conservadora del CNCR.
Mural salvado del agua
El 2020, el Consejo de Monumentos Nacionales implementó un proyecto de emergencia para determinar el origen y vía que produjo que se mojara la superficie donde se aprecian las imágenes de la cerámica negra plasmadas por Antúnez, lo que involucró incorporar delicadas y decisivas obras civiles para detener la dificultad, ya que se requiere intervenir en los muros donde está presente “Quinchamalí”.
“Fue necesario realizar acciones de conservación para impedir la pérdida de más estratos del mural. Así, se adhirieron todos aquellos fragmentos de capa pictórica que se encontraban desprendidos, levantados y curvados, por medio de la aplicación de un adhesivo termo fundible, previamente probado durante el diagnóstico del 2019. Este mismo proyecto definió la utilización de un mortero de inyección formulado especialmente para la conservación, para de este modo, solucionar los problemas de grietas evidenciados, como en una importante zona superior”, describió Ángela Benavente.
El equipo de especialistas del CNCR que participó de las acciones de protección al mural “Quinchamalí”, uno de los patrimonios de las artes visuales de Chile, lo integran las conservadoras Ángela Benavente y Mónica Pérez, de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales, y la conservadora, Carmen Royo, y la licenciada en Historia, Natalia Salazar, ambas, de la Unidad de Patrimonio Escultórico y Construido (UPCE).
“Detuvimos el deterioro del mural, preparándolo para una restauración total en el futuro”, indicó finalmente, Benavente, conservadora de la UPAV.