En el año 2008, llegó al Laboratorio de Escultura y Monumentos la obra "El Arrepentimiento", procedente del Museo Nacional de Bellas Artes, la cual supuso un desafío a nivel metodológico y generó el inicio de una discusión sobre los criterios de intervención de este tipo de obras.

El laboratorio se interesó por retomar esta una línea de trabajo durante el año 2015. Los objetivos principales fueron fijados en el estudio y análisis técnico de este tipo de obras, testimonio de los procesos creativos de sus autores y, consecuentemente, en la formación y aprendizaje de los Artistas Plásticos Chilenos del siglo diecinueve y veinte, contribuyendo a poner en valor las colecciones en yeso que se encuentran bajo la custodia de los Museos DIBAM.

Las obras en yeso han sido poco valoradas a lo largo de la historia. Tradicionalmente, el yeso ha sido considerado como material constructivo o como piezas intermedias, es decir, como parte del proceso de producción para una obra final. Este hecho ha llevado a que en muchas ocasiones estas obras hayan sido relegadas, en el mejor de los casos, a los depósitos de los museos. Todo ello, ha influido en gran medida en el estado de conservación actual que presentan.

Sin embargo, actualmente se está tendiendo hacia una mayor valoración de este material, dejando de considerar estas piezas como modelos o etapas productivas, y comenzando a entenderlas como obras finales ya que, aunque no fueran concebidas como tal, son las que han llegado hasta nuestros días. En muchos casos, nunca llegaron a esculpirse o fundirse en otros materiales más nobles, ya sea por motivos económicos o escasez de materiales para los que habían sido concebidas. Por otra parte, aunque existiera la obra final, en éstas el autor ha trabajado directamente, convirtiéndose en reflejo de su proceso productivo. En ellas aparecen puntos de medición, trabajos primarios o marcas directas de las herramientas usadas por el escultor, las que permiten un estudio desde el punto de vista de su manufactura.

En algunos casos se trata de reflejos materiales de los procesos de formación y aprendizaje de quienes fueron becados para continuar con sus estudios a Europa. Copiando y enviando piezas que dan cuenta del estilo que disfrutaba la sociedad de las principales capitales culturales europeas del siglo diecinueve y veinte.

Su estudio permite hacer un análisis de la técnica, de los aciertos y errores cometidos, explicando síntomas de alteración y degradaciones actuales, generadas por su poca valoración y almacenaje en depósitos sin las condiciones de conservación adecuadas, así como también por la propia manufactura y materiales utilizados.

Durante el 2015, se han intervenido dos piezas de Tótila Albert, encontradas en el Museo Nacional de Bellas Artes, cuyas alteraciones de mayor gravedad responden a la pérdida de estabilidad por la fractura de ambos retratos a la altura del cuello, los dos muy estilizados y a su vez estrechos respecto a la anchura máxima de las obras. Estas corresponden a características estilísticas del autor, cuyo resultado ha significado el deterioro en las zonas más débiles de su estructura, causando perdida de soporte y la imposibilidad de sostenerse por sí mismas.

Este tipo de alteraciones ha exigido la realización de un diagnóstico y estudio tecnológico amplio, ya que las marcas de herramientas, trazados, incisiones, puntos de medición, entre otras, no son síntomas que afecten su estado de conservación, sino testimonios del trabajo del autor y como tales, han de ser conservados, contribuyendo a la documentación de las colecciones.

A nivel de intervenciones, se ha realizado un exhaustivo estudio bibliográfico sobre los tratamientos de limpieza realizados sobre estos soportes y que se enmarquen dentro del criterio de mínima intervención posible y con las exigencias de inocuidad para este tipo de materialidad.

En la escultura el "El Arrepentimiento" de Simón González, se trabajó principalmente en la limpieza superficial y eliminación de manchas a través de la aplicación de un gel en base a agua, arcilla y un espesante. La poca cantidad de agua del gel y su baja capacidad de difusión permiten una acción a nivel superficial. Además, las características del gel tales como facilidad de aplicación, fluidez y homogeneidad, permitieron que penetrara en la superficie alcanzando zonas con depósitos de suciedad. Con la aplicación del gel se logró eliminar la suciedad adherida y eliminar parcialmente las manchas de color amarillo presentes en la superficie del yeso.

Otro de los trabajos desarrollados fue la limpieza con geles de agar-agar, un alga marina con gran capacidad de retención de agua que, además, posee la particular característica de liberarla y dejarla difundir muy lentamente. El uso de este material permite una mínima interacción con los materiales de la obra, además de ser inocuos para ella y para el restaurador. Este tratamiento ha sido utilizado para la limpieza de las obras "Valdivieso", procedente del Museo Histórico Dominico y realizada por José Miguel Blanco, y "Simón González", firmada por Emercy y procedente del Museo Nacional de Bellas Artes, obteniéndose muy buenos resultados a nivel de limpieza.

El interés en la puesta en valor y documentación de dichas obras ha llevado a integrar esta temática en el desarrollo de las prácticas profesionales del Laboratorio. Los objetivos establecidos en estas prácticas y llevados a cabo por los practicantes fueron estudios de materiales y técnicas para las intervenciones, contribuyendo en el desarrollo y éxito de éstas.

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