Guía para la Elaboración e Implantación de Planes de Conservación Preventiva
Herráez, J. A., Pastor, M. J. y Durán, D. (Coords.). (2019). Guía para la Elaboración e Implantación de Planes de Conservación Preventiva. España: Ministerio de Cultura y Deporte, Instituto del Patrimonio Cultural. 114 páginas.
La Conservación Preventiva se instala como disciplina a principios de los años noventa en que se definen los retos de la conservación, ya no desde la mirada del objeto, sino en forma más amplia desde las colecciones, los edificios que las albergan, los años para que se produzcan los deterioros, los equipos de trabajo, las medidas de largo plazo, las prioridades y programas de conservación. Es decir, con esta concepción se propone enfocar las acciones en abordar los problemas de conservación en el origen de la causa y no cuando ya se ha producido el daño. Posteriormente, a principios de los 2000, se instala un nuevo concepto, el de la Gestión de Riesgos aplicada al patrimonio cultural.
Esta guía desarrollada por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) es una herramienta de gestión para la conservación del patrimonio que complementa estrategias de conservación preventiva y de gestión de riesgos para el patrimonio cultural tomando algunos aspectos de la norma ISO 31000 de Gestión de Riesgos.
Es importante destacar que esta Guía se enmarca en el Plan Nacional de Conservación Preventiva que fue aprobado el 2011 por el Consejo de Patrimonio Histórico de España; es por lo tanto, una decisión y un compromiso de país con la conservación del patrimonio cultural. En el marco del Plan Nacional se han producido insumos importantes para ser utilizados por las instituciones, como lo son varias publicaciones relacionadas con distintos aspectos de la conservación preventiva, y esta guía que marca la ruta para que todas las instituciones que resguardan patrimonio cultural en España se rijan por una misma metodología.
En esta publicación se presenta en forma detallada la metodología para desarrollar un Plan de conservación preventiva como una herramienta de gestión para implantar la estrategia de conservación preventiva y mejorar la conservación, independiente del bien cultural del que se trate.
Los aspectos fundamentales del método de trabajo se aplican en cuatro fases, a saber: documentación, análisis de los riesgos, diseño e implantación de procedimientos y protocolos, y verificación. Estas se van explicando a lo largo del texto, partiendo por un resumen de los aspectos principales de cada fase, los que luego se desarrollan en profundidad, y ya para el final entregar ejemplos reales de aplicación del plan.
La fase de documentación tiene como objetivo recoger la información relevante tanto del bien cultural como del contexto en que se encuentra, considerando aspectos de la institución, del medio físico y los factores que lo configuran, del propio bien cultural y su significancia, y del análisis funcional de la institución y sus recursos.
La fase del análisis de riesgos comprende: la identificación de los riesgos, amenazas existentes, origen del riesgo, proceso de deterioro y su efecto, los objetos o partes de la colección que son vulnerables, y el nivel de protección existente frente al riesgo; la valoración de los riesgos en donde se investiga la probabilidad de ocurrencia y el impacto lo que permite comprender la magnitud del riesgo y la definición de prioridades de actuación; la propuesta de intervenciones urgentes con el propósito de eliminar el riesgo o minimizar sus efectos; y el establecimiento de restricciones al uso compatible del bien cultural que se refieren a garantizar su accesibilidad a la sociedad sin comprometer el acceso a las generaciones futuras. Esta segunda fase es la que más se asemeja a las etapas de la identificación, análisis y evaluación de riesgos de la norma ISO 31000.
La tercera fase acerca del diseño e implementación de procedimientos y protocolos, comprende las acciones sistemáticas para eliminar o minimizar los riesgos analizados en la etapa anterior en donde se revisan las causas, se identifican los criterios de actuación, se seleccionan las acciones más apropiadas, se diseñan los procedimientos y protocolos correspondientes, y se implementan dichos procedimientos y protocolos; dentro de estos se considera la actuación en situaciones de emergencia. Esta fase es la que se refiere a la etapa "tratar los riesgos" de la norma ISO 31000.
En la última fase se presentan los procedimientos de verificación y revisión continua del plan, ya que es un ciclo que se debiera ir actualizando y modificando en caso necesario. Considera la verificación continua de la realización de los procedimientos; la verificación periódica de la idoneidad de los procedimientos; la verificación de la coordinación y funcionamiento del modelo; la revisión y actualización periódica del Plan; y la actualización cuando cambien las circunstancias del contexto.
En la Guía se destaca que la elaboración y aplicación del Plan es el trabajo de un equipo multidisciplinario liderados por la dirección de la institución que debe incorporar tanto perfiles técnicos como organizativos. Además, en la implementación se debe involucrar a todas las estructuras de la institución para que sea efectivo.
La aplicación del Plan de conservación preventiva llevado a cabo como un programa en forma generalizada por muchas instituciones, puede ser mejorado en todos sus aspectos gracias a la suma de la experiencia adquirida que deriva de la práctica de cada institución.
Reseña elaborada por: Cecilia Rodríguez Moreno, conservadora jefa de la Unidad de Patrimonio Gráfico y Documental del Centro Nacional de Conservación y Restauración.
Reseña de los autores:
Juan Antonio Herráez.
Biólogo, conservador científico responsable del Área de Investigación y Formación en el Departamento de Conservación Preventiva del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE). Su trabajo se centra en el estudio e investigación de métodos de diagnóstico, seguimiento y control de condiciones ambientales, y en el desarrollo de proyectos de conservación preventiva.
Actualmente es el coordinador del Plan Nacional de Conservación Preventiva impulsado desde el IPCE. Además, integra la Mesa Técnica de la Línea de Acción de Patrimonio del Programa Ibermuseos, y es miembro acreditado por AENOR en el comité Técnico de normalización en temas de Conservación de Bienes Culturales del Comité Europeo de Normalización CEN.
María José Pastor.
Arquitecta, Máster en Conservación y restauración del patrimonio arquitectónico y urbano; colaboradora del Departamento de Conservación Preventiva del IPCE. Ha participado en la elaboración de planes directores en bienes inmuebles de interés cultural. Su trabajo en colaboración con el IPCE se ha centrado en el seguimiento y análisis de las condiciones ambientales y en el desarrollo de metodología y aplicación de planes de conservación preventiva de bienes culturales.
Daniel Durán.
Ingeniero y Licenciado en Bellas Artes; conservador científico en el Departamento de Conservación Preventiva del Área de Investigación y Formación del IPCE. Colabora en la línea de investigación y desarrollo de metodología para el diagnóstico, seguimiento y control de condiciones ambientales. Ha trabajado en el diseño de vitrinas de anoxia pasiva en colaboración con el Departamento de Biodeterioro del IPCE, en el marco general de Museos Verdes. Fue coordinador del Plan Nacional de Patrimonio Industrial entre 2016 y 2018.
Para descargar la Guía, pinche aquí