Los procesos de intervención que se realizan sobre esta colección se insertan en el marco del proyecto "Reposición museografía y áreas educativas del Museo Arqueológico de La Serena", que coordina la Subdirección Nacional de Museos de la DIBAM.

Esta etapa del proyecto contempla la intervención de 93 objetos metálicos procedentes de diversas excavaciones arqueológicas efectuadas en la región de Coquimbo. Estos han sido atribuidos principalmente al complejo cultural El Molle (Agroalfarero Temprano) y al complejo Las Ánimas (Agroalfarero Medio). Entre los artefactos a intervenir se han identificado brazales, aros en espiral, aros con apéndice, brazaletes, campanillas, pinzas y láminas, entre otros

Los procesos de conservación-restauración estarán a cargo de las conservadoras Gabriela Neyra y Anja Stabler, quienes serán responsables de llevar a cabo la ejecución técnica de los trabajos, bajo la coordinación de Daniela Bracchitta, encargada del Programa de investigación e intervención de materiales arqueológicos del Laboratorio de Arqueología del CNCR.

Las piezas serán abordadas desde una perspectiva sistémica-contextual, que considera tanto el estudio del contexto arqueológico como el análisis tecno-material de los artefactos, con el fin de establecer hipótesis acerca del origen de las alteraciones y de sus dinámicas de ocurrencia. Estos antecedentes permitirán una visión holística de los problemas y una mejor comprensión de los procesos de alteración que se presentan en este tipo de bienes arqueológicos. Al respecto, Anja Stabler señala:

La intervención de artefactos metálicos arqueológicos involucra un estudio del contexto de origen de las piezas, para entender los procesos de transformación que hayan sufrido los objetos desde ese momento. A ello se asocia una descripción morfológica detallada, así como el análisis tecnológico y de manufactura de cada pieza, pues son el inicio para determinar el tipo de alteraciones que se deben abordar. Para ello se realizan análisis imagenológicos de rayos X que permiten establecer el avance de los deterioros y, a su vez, conocer detalles morfológicos y de manufactura los objetos. También se efectúan análisis para la identificación de los materiales orgánicos que vienen asociados a las piezas, tales como los restos de amarras presentes en algunos de los anzuelos que se van a trabajar.

De acuerdo a lo observado por la conservadora Gabriela Neyra, las piezas registran diferentes tipos de corrosión, por tanto se dará prioridad a las corrosiones activas que presenta el material, estabilizándolas y evitando el avance de este tipo de deterioro sobre el metal. Asimismo, en algunos casos se disminuirá la capa de corrosión, con el fin de apreciar los detalles morfológicos de las piezas para su futura exposición en el museo.