Conversatorio sobre ética, valores y conservación de cuerpos momificados
(Fotografía: Álvarez, P. 2015)
La iniciativa del taller surgió en el marco del retorno a Antofagasta de los últimos 3 cuerpos momificados que habían sido trasladados a las dependencias del CNCR a raíz del proyecto FODIM 2013 "Mejoramiento de las condiciones de conservación de materiales bioantropológicos momificados del Museo de Antofagasta". El objetivo de esta jornada fue discutir sobre los resultados del proyecto y las múltiples aristas que se conjugaron y culminaron en el biodeterioro de los restos bioantropológicos.
Para ello, y con el fin de abrir la discusión, el primer punto abordado fue la Dimensión Ética y Valórica de la Conservación de Cuerpos Humanos, cuyo diálogo se planteó a través de 3 preguntas: ¿Porqué nuestras instituciones patrimoniales almacenan cuerpos del pasado indígena?, ¿Por qué los cuerpos de otros grupos sociales no están en los museos, sino en el cementerio? Y ¿Cuáles son las perspectivas epistemológicas, valóricas o éticas que sustentan los procesos de patrimonialización de los cuerpos indígenas en el Chile de hoy? Si bien dichas preguntas dejaron en el escenario más interrogantes que respuestas, la discusión se centró en cómo a lo largo del tiempo los cuerpos humanos de nuestros antepasados se han conceptualizado como objetos patrimoniales y perdieron su cualidad de sujetos de derecho, y cómo aún en la sociedad contemporánea impera en el imaginario cultural una visión colonialista sobre nuestros pueblos indígenas, la cual se ve reflejada, entre otras, en el contexto museográfico y en el campo de la investigación.
Este tema actuó de antesala a la presentación de los resultados técnicos del proyecto FODIM, en la cual se abordaron los estudios climáticos, procesos de desinfestación y acciones de conservación directa e indirecta. Este segmento continuó la línea de discusión sobre la re-conceptualización de los restos bioantropológicos como sujetos de derecho, y por lo tanto el énfasis estuvo en eliminar del discurso el término puesta en valor, para dar paso a la reconstrucción de la historia de vida y muerte de los sujetos a través de sus ofrendas, su perfil biológico y evidencias contextuales, toda vez que aquello permite relevar su condición humana. Así también se distinguieron las medidas particulares adoptadas para el embalaje, cuya intención, además de generar las condiciones apropiadas de conservación, era dignificar el descanso de los cuerpos.
En este mismo contexto se dio cuenta de la gran cantidad de personas que colaboraron para lograr articular las iniciativas éticas con las necesidades de conservación e investigación que se fueron ilustrando durante conversatorio, y que finalmente fueran trabajados los 5 cuerpos que habían viajado a Santiago. Esto significó que durante 2 años no sólo estuvieran involucradas las Unidades de Arqueología,Monumentos, Análisis y Documentación Visual e Imagenología del CNCR, sino también que se contara con el apoyo externo de dos Arqueólogas, una Conservadora, una Antropóloga Física y una pasante técnica en conservación, del área del diseño. La configuración de este equipo de trabajo, dejó en evidencia la complejidad de este tema y la necesidad de abordarlo con estrategias transdisciplinarias.
La convocatoria a este encuentro fue gestionada por el Museo Regional de Antofagasta, y contó con la presencia de representantes de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama, Museo de Mejillones, Fundación Ruinas de Huanchaca, Museo de la Universidad de Antofagasta, Museo de María Elena y Brigada del Medio Ambiente de Antofagasta; además de los presentes por parte del Museo Anfitrión.